Gracias al NAFTA, uno de los sectores más integrados en el país es la industria automotriz. México exportó –tan sólo en enero de 2017– 162 mil 207 unidades, lo cual demuestra que nuestro país es un gran exportador automotriz, especialmente para Estados Unidos.
El año pasado, las exportaciones mexicanas de este sector a Estados Unidos sumaron más de 107 mil millones de dólares, según el Departamento de Comercio estadounidense. De hecho, México fue el principal exportador automotriz a EE.UU. en 2016, seguido por Canadá, Japón, Alemania y Corea del Sur.
Dentro de las exportaciones mexicanas, las ventas del sector automotriz son, principalmente, autos, camiones, autobuses y autopartes. El éxito de la industria se debe en gran parte al aumento de la producción mexicana y la depreciación del peso frente al dólar.
Gracias al NAFTA, diversos fabricantes de automóviles y sus proveedores se han asentado en México. Sin embargo, la presión de Trump por renegociar el Tratado de Libre Comercio y su amenaza de imponer impuestos a las empresas que no tengan sus centros de producción en EE.UU., han desalentado a muchas compañías.
Tenemos ejemplos claros como la cancelación de la planta Ford en San Luis Potosí (cuya inversión sería de 1,600 millones de dólares) o la japonesa de autopartes Nisshinbo Holdings, que abandonó sus planes de construir una fábrica en México.
En los últimos días, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que México defenderá su soberanía e intereses frente a Estados Unidos y Canadá en la negociación del NAFTA, que iniciará en junio de 2017.
“Porque exigimos para nosotros el mismo respeto y exigimos que se nos respete como nación soberana, que va, precisamente con esta condición y con este carácter a sentarse a la mesa con otros iguales para reconfigurar los términos de la relación con otros países, particularmente con EU”, indicó en su reciente gira por Nuevo León.
¿Cómo beneficia la producción automotriz de México a Estados Unidos?
Las armadoras que operan bajo el NAFTA deben incluir en sus vehículos 62.5% de autopartes fabricadas en México, EE.UU. o Canadá para que los autos estén libres de impuestos en la región de Norteamérica. Esto significa que los precios son más competitivos para los consumidores estadounidenses.
Por otro lado, 40% de los componentes de un auto ensamblado en México provienen de la unión americana, beneficiando directamente a las compañías de nuestro país vecino.
El presidente Donald Trump ha reiterado que impondrá un impuesto de 35% a los automóviles de empresas estadounidenses que tengan su sede en otro país. Si esto sucede, las exportaciones mexicanas sufrirán debido al aumento en el precio de las mercancías y en las ganancias totales.
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